Paseo culinario por Balconcillo

Si regresas al Perú después de varios años, recorrer las calles del barrio puede ser una estimulante aventura en la que no puede faltar un paseo culinario por Balconcillo. Es por eso que les proponemos a los que retornan a casa después de mucho tiempo, un pequeño itinerario "...en busca del tiempo perdido", asumiendo como nuestras las palabras del novelista francés Marcel Proust.

Después de pasar los primeros días con la familia es el momento de acercarse al Mercado Cooperativo de Balconcillo y cargar energías con un buen jugo surtido, mezcla de papaya, (las de verdad, no las pequeñitas y escuálidas que venden en otros países), plátano, beterraga, algarrobina y leche. Sabemos que cada exalumno tiene sus puestos y combinaciones de jugos preferidos: el agua de manzana de la primera puerta, el extracto de zanahorias de la otra entrada, el jugo de papaya de la tercera puerta... Lo que es común e innegable es la inacabable "yapa" que puede traducirse en tres vasos de jugo por el precio de uno y el alimento para el alma que es darse cuenta de que el casero de toda la vida nos reconoce y que sus hijos, los niños que dejamos jugando con las manzanas detrás de los puestos, son ahora unos sanísimos jóvenes.

Dicen los nutricionistas que por las mañanas no hay nada mejor que comer frutas y sólo frutas, ya que el organismo está predispuesto a absorver todos sus nutrientes, pero sería un sacrilegio no aprovechar nuestro paseo por el mercado de toda la vida y comprar una ración de las afamadas yuquitas de Balconcillo. En una cafetería de Madrid, Hans Suero (prom 83) recordaba las carreras que daban algunos a la salida del colegio para conseguir el mejor sitio de la cola. Lo cierto es que esa colita era un verdadero "centro social" en la que bajo el calor protector del humo de las yuquitas de fórmula secreta -como gusta decir a sus creadores- se preparaba el trabajo en grupo de la tarde, se pasaban las pregutas de los exámenes, se citaba a los enamorados o simplemente abríamos el apetito antes de llegar a casa. "Se dice que Proust regresó un día a su pueblo natal y, como cuando era pequeño, pidió magdalenas para desayunar. Cuando iba a comer la primera magdalena, el olor y el sabor de esta pasta le evocaron rápidamente esos recuerdos de su infancia que parecían olvidados..." * Las yuquitas de Balconcillo podrían ser como las magdalenas (los bizcochitos con papel que vendían en la tienda de la esquina) de Proust.

Me sorprende que el chef Gastón Acurio, un acucioso buscador de sabores populares, no se haya topado con las yuquitas de Balconcillo, pero en sus recomendaciones culinarias limeñas si destaca otros establecimientos del barrio. En el grupo que denomina LOS HUECOS FUERA DE CIRCUITO, recomienda OH Calamar y su "...estupendo tallarín saltado con pescado y unas soberbias hueveras fritas" . Más una cerveza helada quedaría genial como aperitivo a eso de las 12 de día ¿No creen?.

Como dicen los expertos, Lima se ha posicionado en el mundo como uno de los principales destinos gatronómicos, así podemos leer en el diario El Espectador de Colombia un artículo en el que no faltan algunos "huecos" de nuestro barrio:" Si de ceviche se trata, Javier Wong, en el Paseo de la República volteando por Canadá, lleva la bandera. Y Oh Calamar, en Balconcillo y detrás de Baterías Capsa se lleva méritos con su chicharrón de huevera. Para terminar, La Buena Muerte, el lado del huarique de Alfredo en Santa Catalina, tiene un repertorio de cocina nikkei (simbiosis a sartenes de Japón y Perú) que vale la pena repasar..." (El Espectador)***

La fama del ceviche del Sr. Wong es mucho mayor de la que nos imaginábamos. Según la revista digital de gastronomía Entremeses :"... el directorio del poderoso Grupo Romero, sesionaba en un huarique de Balconcillo del cocinero Javier Wong, con mesas de fórmica y piso de aserrín, solamente porque allí se comía el mejor Cebiche de la ciudad".(a). En la misma revista, el "cocinólogo" catalán Xavier Domingo dice "..Yo quiero la sabiduría, la filosofía, la poética culinaria del amigo Wong, del que cada creación es una obra de arte basada en que es simple y es fácil, en la que está el gesto de hacer saltar lo que fríe en la paella, en la intuición clara de los aromas y los sabores (aquel estiradito de lenguado, adornado con trozos de pimiento, cebolla morada y aderezado con una ensaladita de maní tostado ...)" (b).

Conocedores de que el mejor cebiche de Lima al parecer estaba en Balconcillo, Bruno Alessi (80) se dispuso a buscar dicho local con los pocos datos que encontramos en internet, ya que al parecer el restaurante atiende a sus comensales a puerta cerrada. Su primera dirección fue en Los Brillantes, el segundo dato con el que contamos es que atendía en una casa de la cdra. 4 de la Av. Canadá, ahora sabemos que al parecer el local del Sr. Wong está ubicado en la calle Enrique León García, en Santa Catalina. Así que a la hora de almuerzo podrían elegir entre esta cebichería "recontra caleta", La Buena Muerte 2 ,en Luis Aldana 127 - 102 o en De Alfredo.

Por la tarde y después de haber hecho la siesta que corresponde a un almuerzo "bien tai pá" a base de pescado, no podemos perder la deliciosa costumbre del lonchecito. ¿Recuerdan cuando nos mandaban a comprar el pan? Pues de pan, chicharrones, sandwich de pollo, jamón del país y café saben mucho los japoneses de la sandwichería o chicharronería Palermo. Siempre está lleno y el que puede se da su salto por ahí, es un estupendo lugar para quedar con los amigos, porque además está cerca de El piqueo trujillano, Pque. Unión Panamericana 213, en donde podemos terminar la noche con una suculenta cena en donde no puede faltar un Seco de cabrito con frejoles y una copita de pisco.
¿Quién dijo que en Balconcillo no había nada para hacer?
Rosita Rodríguez (Prom 84)

* Buscabiografías
** Restaurantes,huariques y datillos
*** El Espectador (Colombia)
(a) Entremeses
(b) Entremeses